A comienzos del 2019, el Festival Estéreo Picnic tuvo que afrontar una de las situaciones más difíciles de su historia: el suicidio de Keith Flint. El músico y líder de la legendaria banda británica The Prodigy, cuya presentación en el festival ya había sido confirmada y anunciada al público, se quitó la vida en la madrugada del 4 de marzo, a solo 32 días de su concierto en Colombia, dejando un vacío enorme en el corazón de toda la escena electrónica y un reto sin precedentes para la organización del evento.

Sin duda, The Prodigy era uno de los artistas más esperados en la décima edición del festival. Y no solo por los fans, sino también por los bookers de Páramo Presenta, quienes llevaban varios años intentando traer al país a este ícono mundial del rave. Pero cuando por fin se dieron las cosas y cuando todo estaba listo para un show apoteósico, llegó esa trágica llamada que lo cambió todo: Keith Flint había muerto. Su voz punzante y sus excéntricos movimientos habían llegado a su fin, haciéndonos reflexionar una vez más sobre la eterna fragilidad y vulnerabilidad del ser humano.

Ahora solo quedaba una profunda tristeza y muchas preguntas por resolver: ¿Lograría el festival encontrar un artista de la talla de The Prodigy para ocupar su lugar en el line up como headliner?. Y en caso de hacerlo, ¿sería posible cerrar una negociación tan importante en menos de un mes? En este punto no se trataba simplemente de encontrar un reemplazo. Tenía que ser un artista del mismo peso histórico que The Prodigy, uno que le rindiera un verdadero homenaje y no que simplemente lo sustituyera.

Sobre la mesa había algunas opciones, pero después de varias reuniones e intensas reflexiones al interior de la organización, el nombre elegido para presentarse en la décima edición del Festival Estéreo Picnic fue Underworld. El dúo conformado por Karl Hyde y Rick Smith no solo representaba esa gran escena que había ayudado a construir The Prodigy en Inglaterra durante los años 90, sino que además su manager había trabajado antes como promotor de festivales, por lo que fue muy comprensivo con las circunstancias en las que se dio la invitación y aceptó sin problema las condiciones y el poco tiempo que tenían para preparar el show.

Al final, y pese a que no había una gira planeada por América Latina, Underworld accedió a ofrecer un concierto exclusivo en Colombia. Sus poderosos beats y su impresionante show de luces se transformaron en una fiesta memorable, Un Mundo Distinto que rindió tributo al legado de The Prodigy y a la memoria de Keith Flint como seguramente él lo habría deseado: viviendo la música en una noche de frenesí.