En esta edición de Backstage hablamos con Esteban Copete, líder del Kinteto Pacífico y gestor cultural de esa región de Colombia, para escudriñar las razones tras sus últimas canciones, su experiencia cinematográfica (primera y última) y unos artistas recomendados como Kirk Franklin y Pericles de Brasil, entre otros.

1. “Yo quería la paz” es uno de sus últimos lanzamientos. Una chirimía junto a Dino Manuelle. ¿Cómo es cantarle a la reconciliación y al diálogo en un momento de tanta tensión social?

Se llama “Yo querí la paz” porque considero que en este momento de tanta tensión social y desde hace mucho, lo que necesitamos es acercarnos más. Las divisiones políticas han influido en esta tensión. Nos estamos tomando muy a pecho esa defensa de x o y líder político y al final los que llevamos del bulto somos nosotros, el pueblo. El título nace de un lapsus lingüístico que tuvo el Presidente que fue viral y suscitó muchas burlas. Como las redes se han vuelto una herramienta de burla o para caerle a la gente mi invitación con esta canción es a no estar pendientes de cómo acabar con el otro sino más bien cómo podemos ayudarnos todos para salir adelante. “Yo querí la paz” la hice para voltear ese discurso de la burla.

**2. En junio también lanzó el video de “Sensaciones” junto a Alexis Play. Otra pieza audiovisual que tiene a la naturaleza como protagonista. ¿Cuál es la intención tras la importancia que tienen los paisajes del Pacífico en la videografía de Esteban Copete y su Kinteto Pacífico? **

Alexis es chocoano como yo y siempre queremos mostrar de dónde venimos. Los bellos paisajes de nuestra región Pacífica. Es una canción a ritmo de aguabajo, un ritmo del formato de chirimía, fusionada con el R&B y el hip hop para meterle identidad. El video muestra toda la belleza y la diversidad de nuestra región Pacífica.

3. En 2012 protagonizó Chocó, la película de Johnny Hendrix Hinestroza. ¿Qué le dejó esa experiencia en la actuación para su carrera como músico?

Fue una experiencia muy grata que no me esperaba pues no soy actor. Johnny necesitaba un actor natural, una persona que tocara la marimba que entendiera los códigos musicales y sociales de la región, para él yo era esa persona. Me invitó y acepté con gusto. La película denuncia el flagelo de la violencia intrafamiliar que afecta a todos los países y también la problemática de la minería ilegal que afecta a muchos territorios de nuestro país. Fue una gran experiencia pero ha sido la única experiencia mía en la actuación.

4. Saxofonista y marimbero. ¿Cómo se adapta la mente y el espíritu a la interpretación de cada uno de estos instrumentos con orígenes diferentes?

Por mis orígenes familiares, mi padre era chocoano y mi madre hija de Petronio (Álvarez) su familia es toda de Buenaventura, crecí muy cercano a la cultura de la chirimía y la marimba. Toda mi vida estuvo ligada a esos dos formatos. Es una coincidencia por haber nacido en esta familia musical con influencias del Pacífico norte y Pacífico sur y pues, ahí se da la relación con estos dos instrumentos.

5. Llevamos más de un año sin conciertos, festivales y shows multitudinarios. ¿Cómo crees que deberían cambiar las lógicas de los eventos en vivo para acoplarse a las nuevas realidades?

Mucho tiempo sin tocar pero la vida debe continuar y debemos adaptarnos. Con las vacunas creo que poco a poco se abrirán los espectáculos. Lo importante es entender que este virus está aquí para quedarse y nosotros debemos adaptarnos. Los artistas somos de los principales afectados entonces es importante que las administraciones locales revisen bien cómo podemos volver a tocar ante el público.

6. ¿Qué artistas que hayas descubierto en todo este periodo de pandemia quisieras recomendar?

Descubrí a Kirk Franklin, el director de una banda de gospel, a través de su concierto en TinyDesk en ese formato tan bonito. Es tremendo ese show. Hay muchos otros como Adonis y Osaín del Monte, Pericles de Brasil me encanta.