Juan Pablo Vega recién estrenó su segundo disco, homónimo, con celebradas colaboraciones y nuevas exploraciones sonoras. Hablamos con el cantautor sobre expectativas, el discurso en los Premios Nuestra Tierra y las enseñanzas de la pandemia.

1. Siempre ha existido el mito del segundo disco, las expectativas tras un genial debut, pero usted ya adelantó varias canciones en 2020. ¿Cree que en estos tiempos de sencillos y colaboraciones es más fácil solventar las expectativas que genera un disco?

En mi caso en particular, quería hacer la entrega total de por lo menos 8 canciones, debido a las coyunturas alrededor del covid 19, quise reestructurar la estrategia con el fin de dilatar el tiempo en sencillos y mantener una vigencia.

2. En la entrega de los últimos Premios Nuestra Tierra ganó como Mejor Artista Alternativo Rock-Indie. Allí aprovechó para pronunciarse sobre la situación del país. ¿Cree que los artistas están obligados a tener una posición política y expresarla? ¿Es más un tema de responsabilidad?

No hay una obligación, exigirlo es replicar la dialéctica opresora. En mi caso, en particular, lo hago por que lo siento y lo creo así, es lo mínimo que puedo hacer, expresarlo y aprovechar espacios de visibilidad para denunciar. Ahora, el silencio es también una postura política y al igual que todas, generan reacción y efervescencia.

"La moraleja de estos tiempos es que nos dimos cuenta que las artes escénicas son importantes y cumplen un rol definitivo en una sociedad."

3. El disco se grabó entre la Ciudad de México, Medellín y su estudio personal. ¿Cómo estos lugares influyeron en las grabaciones de las canciones? ¿Qué importancia tiene el territorio al momento de grabar un disco?

Mucho, la percepción sensorial de los espacios permite crear otro tipo de canciones, como también el talento de las personas que allí viven. Ese dinamismo de espacios es positivo a la construcción de un disco.

4. “Prófugos” apunta a esa nueva tendencia de neo soul y justo es la colaboración con Mabiland. Cuéntenos los secretos de esa colaboración y la grabación que estuvo entre el desierto y la ciudad. ¿Cómo fue?

Mab es una de las artistas que más admiro en el nuevo espectro musical de Colombia, su propuesta disruptiva y frentera me cautivo desde el primer minuto. La colaboración se dio en Medellín, y fue fácil, ella mandó su estrofa y no hubo cambios, la contundencia de lo que dice fue perfecta para mi. En cuanto al Neo soul, no es nuevo para mi, ya había sacado años atrás” Vicio.”

5. Ya es más de un año sin conciertos masivos o por lo menos una gira. ¿Qué prácticas podrían cambiar con este reseteo de los conciertos para mejorar la experiencia en un futuro?

La moraleja de estos tiempos es que nos dimos cuenta que las artes escénicas son importantes y cumplen un rol definitivo en una sociedad, que los empresarios, el estado lo entiendan y lo incentiven, promulgar más espacios y mejores pagos a los musicxs nacionales.

6. Durante la cuarentena, ¿qué artistas latinoamericanos descubrió y quisiera compartirnos?

Creo que lo que está pasando en Colombia me sorprende bastante, es una bocanada de oxígeno para el espectro musical latinoamericano lo que hace la muchacha isabel, Paula Pera, Briela Ojeda, Mabiland, Vale, Las Añez etc.