En la última década, Mitú ha llevado esa fina intersección entre ritmos electrónicos y sonidos tradicionales colombianos a pistas de baile alrededor del mundo. Pero lo que fuera un dúo de culto dentro de la alternativa nacional, hoy está en manos de Julián Salazar, el entusiasta de las máquinas que comenzó esta nueva etapa con la publicación de DANZAAA (2024). Un cambio que surgió a raíz de la decisión del percusionista Franklin Tejedor de dedicarse exclusivamente a impulsar la música de su natal Palenque, una de las principales fuentes de inspiración para el sonido de Mitú. Hablamos con Julián para esta edición de Backstage antes de que nos induzca al trance el próximo 16 de noviembre desde Páramo Celebra en Bogotá.

1. Aunque la brecha entre ambos trabajos es apenas de un año, entre Astra y DANZAAA hay un cambio muy importante para Mitú. ¿Cómo ha sido llevar el proyecto totalmente en solitario? ¿Cómo dirías que te ha impactado artística y personalmente?

Es una reinvención definitivamente y tiene impactos notables en mi persona, en mi forma de encarar el momento de hacer música y en la música en sí misma. Pero al final no deja de ser lo que yo siento que es mi camino como músico: una entrega total a las circunstancias que a su vez llena de honestidad lo que uno hace. Un desafío de saber que nada es permanente y que por ende siempre estamos construyendo de nuevo esta especie de obra inmortal que intuimos está ahí en bruto y que hay que esculpir perpetuamente.

2. Volviendo al tema de estos discos, me parece que son la muestra de estos dos lados muy marcados de Mitú: el de las canciones con letras y el de fiesta más ligado al en vivo, por decirlo así. ¿Qué te impulsa a querer irte de un lado a otro? ¿Cómo te paras frente a una guitarra eléctrica o frente a un sampler a la hora de hacer un disco?

⁠Yo creo que mientras uno esté en sintonía con la música ella misma va mostrando el camino y la forma de recorrerlo. Es por eso que para mí los conciertos son tan variantes incluso de una noche para la inmediatamente siguiente. El flujo de las cosas no siempre es el mismo y hay que estar atento a un nuevo devenir de la pieza musical que se puede manifestar como una especie de espíritu que pide ser interpretado de una manera leve o drásticamente distinta de una anterior ejecución. Creo que es lo más hermoso de la música: que siempre hay que crearla de nuevo y en el momento porque tangiblemente no existe.

3. Sobre el tema del en vivo, Mitú siempre se ha caracterizado por sets electrónicos, más allá de las canciones como tal. Tengo entendido que en este momento también estás haciendo algo un poco más disonante con unos moogs. ¿Cómo le explicarías a alguien no-experto en todo este tema de maquinaría lo que es Mitú en vivo hoy día?

Creo que Mitú sigue siendo muy fiel a su punto de partida. Es música hecha principalmente con medios electrónicos con sonido crudo. Los medios con lo que lo he hecho, los instrumentos, han cambiado a lo largo de los años, pero ahora estoy tratando de ir a una línea mínima con el instrumento que empecé todo el camino (Moog) y evitar la polifonía, una suerte de purismo de la síntesis en la que es válida la disonancia y las manifestaciones brutas de la máquina en sí.

4. Mitú es un proyecto de origen bogotano, pero con influencias del Caribe. Sintético y análogo. Que tiene influencias musicales de toda Latinoamérica pero que se nutre de tus giras por Europa. ¿Cómo te alimentas creativamente hoy en día?

Cuando busco alimento musical mi principal fuente es ayunar. Mejor dicho, no oigo nada.

5. Por último, te quisiera pedir que nos recomendaras un artista latinoamericano que esté resonando contigo hoy en día.

⁠Lo que más ha resonado en mi en estos tiempos es Meridian Brothers. Es que Eblis es un genio. El último álbum es una joya.

Entrevista por Eduardo Santos